Quizá el partido más raro que he visto en el estadio Bernabéu. Yago y yo hemos asistido atónitos a cómo el Real Madrid empezaba bien, seguía mal y terminaba consiguiendo lo que hacía 55 años que no hacía: marcar 10 veces en casa.
En el minuto 2 marcó Danilo tras una buena contra, propiciada entre otras cosas por la actitud suicida del Rayo Vallecano cada vez que se enfrenta a un grande. Pide el balón, adelanta la defensa, le da por el tiqui taca… y se lleva un saco de goles. Ronaldo, Kroos y Bale movieron con velocidad y precisión el balón y éste acabó en Danilo, que lo embocó. El brasileño ha completado esta tarde un partido muy bueno, quizá el mejor desde que viste de blanco. Es el típico lateral brasileño, más extremo que otra cosa, que nos puede ser muy útil ante defensas cerradas.
Los 10´siguientes el Madrid se tiró a la bartola y el Rayo marcó dos veces, ambas de cabeza. La grada de Chamartín comenzó a pitar al equipo, pero yo pensé que el Madrid ganaría sin problema: pocos equipos nos lo ponen más fácil que la banda de Paco Jémez. A la que te descuidas, se pegan un tiro en el pie. No hubo que esperar mucho a que uno de los muchachos de Paco cometiese un error funesto: Tito cazó a Toni Kroos en el centro del campo con una entrada brutal, merecedora de tarjeta roja sin duda alguna. Con 1-2 y con superioridad numérica, todos pensábamos que el Madrid marcaría varios goles esta tarde. Pronto empató Bale a pase de Danilo; y la puntilla para los vallecanos llegó con un penalty cometido por Baena sobre Sergio Ramos, que además de la pena máxima fue sancionado con la segunda amarilla. 11 contra 9 con 70 minutos por jugar… se olía la sangre.
Marcó Ronaldo el penalty y llegaron siete goles más: uno de Ronaldo, tres de Benzemá y otros tres de Gareth Bale. Los espacios que concedía el equipo vallecano eran aprovechados sin piedad por el equipo blanco. Disfrutó sobre todo el purasangre galés, que aprovechó su fuerza y su velocidad como pocas tardes. Pero claro, no siempre tendremos dos de más…