El Madrid se ha clasificado para la final de Copa jugando un partidazo en el Nou Camp. Si la final de Copa de Valencia convenció al madridismo que volvíamos a estar al mismo nivel que el Barça – lso dos resultados anteriores habían sido 5-0 y 2-6 favorables a los culés; el partido de esta noche no es sino la demostración de que el Madrid está por encima del Barça. En juego y en actitud. Colectiva e individualmente. Esta victoria es un chute de optimismo para el equipo blanco de cara a su partido en Old Trafford. Y además el choque de esta noche deja un triunfador: Cristiano Ronaldo, con su doblete, fue el mejor jugador de la noche, muy por encima del desdibujado Messi, que sólo tiró a puerta a balón parado y ni siquiera fue entre los tres palos.
Me gustó la idea de Mourinho de apostar por Varane – léase el post anterior -, y el francés fue uno de los puntales de una defensa excelente. Diego López no realizó ninguna intervención en el primer tiempo. La idea del Madrid fue la esperada: conceder al Barcelona el balón para que lo moviese todo lo que le diera la gana, pero sin ocasionar peligro; y en cuanto robásemos el balón salir zumbando como sólo nuestro equipo sabe hacerlo. En el minuto 13 Ronaldo encaró a Piqué y el bravo defensa catalán no tuvo más remedio que zancadillear al portugués dentro del área. El evidente penalty lo transformó Ronaldo, que conseguía marcar en el Nou Camp. Otra vez. Como siempre.
Con 0-1 el Madrid pensó que la clasificación estaba más cerquita. Sólo había que seguir así. La mejor oportunidad del Barça en todo el primer tiempo fue el tiro libre de Messi antes señalado, que salió a un palmo del poste derecho de López. Con ésas llegamos al descanso, mientras Jordi Alba se retorcía de dolor en el suelo, quizá porque tuvo una visión de lo que sería el segundo tiempo.
Estaba claro que había que seguir igual. En el minuto 55 llegó la primera parada de nuestro portero, y un minuto después Khedira mandó un pelotazo hacia el fideo Di María. Corrió el rosarino hacia la portería de Pinto como un preso correría hacia la puerta abierta del talego. Se quitó de encima a Puyol como quien regatea a una silla plegable – el capitán del Barça se abrió de piernas añadiendo gran belleza plástica al gol -. Pinto despejó el disparo de Angelito y el balón cayó a Ronaldo,que se mostró más tranquilo que Bárcenas cuando escucha a Cospedal. Era gol o gol. Y fue gol. La eliminatoria se ponía cuesta abajo.
Llegó el tercero, en un corner. Han sido muchos los goles conseguidos así ante el Barça, quizá el único equipo ante el que el Madrid aprovecha el balón parado. En un acto de justicia poética, marcó Rafael Varane, el héroe de la ida, que remató subido a las torres de la Sagrada Familia. 0-3. Imposible no acordarse del último miercoles santo del siglo XX, cuando nos pusimos 0-3 en Old Trafford. Tengo 38 años y nunca había visto al Madrid ganar tan fácil en el Nou Camp.
Como aquel día el Manchester, el resultado se maquilló un poco cuando marcó Alba. Poco importaba, aunque sé que hay madridistas que querían humillar al rival, como él lo ha hecho tantas veces. Yo soy más partidario de tratar al Barça como un rival más, no caer en la obsesión que han tenido desde Barcelona históricamente hacia nuestro equipo. De hecho, me encantó que no hubiese euforia entre nuestros jugadores tras el partido. El Madrid no celebra ganar en ningún campo, ni clasificarse para ninguna final.El Madrid celebra títulos.
Y a veces, ni éso.