Todo aquel que apostase a favor del atleti, hoy ha ganado un buen dinero. Después de catorce años sin conseguirlo, el atleti ha ganado al Real
Madrid en partido oficial. Y ha sido en una final, en el Bernabéu. Históricamente no nos han ido bien las finales en el Bernabéu (2 victorias en 8 partidos, y una fue ante el Castilla). La derrota de hoy ha sido especialmente dolorosa porque hemos jugado el papel que tantas veces jugó el Atleti en nuestro campo: perder después de adelantarte en el marcador. El Madrid llevaba más de quince meses sin perder en el Bernabéu, el Atleti catorce años sin ganar… Tenían que alinearse los planetas para que hubiese una noche como ésta.
Empezó el Madrid mandando, como acostumbra ante el Atleti. Cuando en el minuto 13 se adelantó, sólo había un peligro posible: que el equipo se echase atrás en lugar de buscar el segundo. Así ocurrió, como en Munich, como ante el Barça… Mal endémico con este entrenador. Dimos vidilla al Atleti, que empató tras una buena jugada de Falcao en la que asistió a Diego Costa. Igual la final se empezó a perder con la lesión de Varane el sábado pasado en Barcelona. Dudo mucho que el regate que hizo Falcao a Albiol se lo hubiese comido el fráncés. Incluso Pepe mejora al central valenciano, pero Mourinho, como siempre, antepone decisiones personales al bien del equipo, mientras un presidente insensato se lo consiente.
El balón salió de la bota del brasileño, tocó en el guante de Diego López y se estrelló en el poste para acabar entrando en la portería. Fue el primer tiro al palo de los cuatro que hubo esta noche. Los otros tres fueron cosa del Madrid, y esta vez fueron escupidos otra vez hacia el campo en lugar de alojarse en la red. Como en aquella escena de Match Point. Sólo con mala suerte nos podría ganar el Atleti. Con 1-1 se llegó a los final de los 90′, y al poco de empezar la prorroga marcó Miranda de cabeza. Un gol que recordó al de Pantic en 1996…
La mayor cruz que tengo esta final de temporada es que las ocasiones más claras en los dos partidos clave de la temporada las ha fallado mi jugador favorito: Özil. Igual que ante el Dortmund, falló un gol cantado ante el Atleti en la prorroga. También falló Higuaín, y seguro que todo el mundo hará más sangre con el argentino, pero las ocasiones de Messut me parecieron más claras en ambas ocasiones. También protagonizó Özil un tiro al palo cuando acababa el primer tiempo (psicológicamente hubiese sido importantísimo) así como una ocasión parecida a la que envió a la fama a Cardeñosa en el Mundial 78. Por cierto, ésta ocasión fue justo después de otro tiro al palo, esta vez de Benzemá, que en 90 minutos tiró a puerta sólo esa vez. Un jugador estupendo, un delantero sin gol. La diferencia entre la pegada de Higuaín y Benzemá esta temporada y la anterior ha sido un puñal en el corazón de nuestro equipo. Y aún hubo otro tiro al palo. Un libre directo de Ronaldo se estrelló en la madera. Los planetas estaban perfectamente alineados. Y el astro portugués retrocedió en el tiempo, y volvió a ser el jugador que se desquiciaba al fallar, igual que cuando llegó hace cuatro años. Acabó expulsado, desquiciado por sus fallos y por decisiones arbitrales que consideró injustas. Era una noche negra. Mourinho se había hecho expulsar mucho antes, quitándose de enmedio. Karanka hacía el ridículo, el Madrid se desangraba y banderas rojiblancas aleteaban victoriosas en el Bernabéu por primera vez en este siglo. Así tenía que ser el día que nos ganaran. Una noche negra.