Real Madrid 3 – Sevilla 0. Así se estrena una escarapela

enero 7, 2017
La tijera del Modric. Hubiera sido demasiado...

La tijera del Modric. Hubiera sido demasiado…

1 NAVAS

2 CARVAJAL       6 NACHO      5 VARANE     12 MARCELO

14 CASEMIRO

20 ASENSIO      19 MODRIC     8 KROOS    10 JAMES

21 MORATA

22 ISCO X 20

23 DANILO X 10

18 MARIANO X 21

Dado que era el primer partido del año 2017, el Madrid lucía por primera vez en el pecho la escarapela que le acredita como campeón del mundo de clubes. En 2015 también tuvimos el honor de lucirla, y la estrenamos en un bolo infame en Dubai, perdiendo contra el Milán. Esta vez, el escudo no ha podido tener mejor estreno. Victoria en casa ante el equipo de moda de la liga. Con superioridad. Mandando. Dominando. Templando. Rematando faena.

Zidane salió con un XI en el que sorprendían las ausencias de Benzema y, algo menos, la de Isco. El mister francés daba bola a James, del que lo último que sabíamos es que «no aseguraba su continuidad en el club». El colombiano ha salido esta noche altamente reforzado del coliseo de La Castellana, con dos goles en su haber y varias ovaciones en la buchaca, producto sobre todo de lances en los que se tiró al suelo a rebañar un balón. Y es que en el Bernabéu se premia la entrega por encima de la clase. Y cuando van juntas, no digamos.

Pero la explicación del buen partido del Madrid no se explica sólo con el partido de James, sino más bien con la ausencia de los 3 delanteros a los que nos obliga la BBC. Cuando quitas uno de arriba, da igual quien sea, y sale un centrocampista más, el equipo gana empaque y domina los partidos. Si además los cuatro del medio se afanan en defender y suben la presión hacia, casi, el área rival, es muy difícil superarnos.

Fijaos en el primer gol. Es un golazo de James, producto de su magnífica pierna zurda que coloca con precisión el balón junto al poste izquierdo de Rico; pero viene precedido de un robo de balón extraordinario de Casemiro  en la zona de tres cuartos. Fuerza y precisión. Garra y clase.

Pronto llegó el segundo, en un cabezazo de Varane tras un corner que sacó Kroos. Hay que ver, la cantidad de goles que marcamos a balón parado cuando el alemán es quien lo saca. Con el 2-0 el Sevilla se vio obligado a estirarse porque la eliminatoria empezaba a parecer decidida. Hubo un penaltito de Carvajal a Iborra, a quien su corpachón le alejó de la posibilidad de que fuese sancionado el penalty. Quizá también fue la fisonomía de Modric la que hizo que, en una jugada parecida, el trencilla sí que pitase la pena máxima. Mariano le empujó y el croata se despeñó. James marcó el penalty con la frialdad de los buenos de veras.

Acababa así un gran primer tiempo, en el que la mejor jugada no llevó premio. Fue un remate de tijera de Modric se lamió el poste antes de irse fuera. Si llega a entrar, creo que el partido se hubiese detenido y el pequeño gran croata hubiese tenido que dar una vuelta al Bernabéu, como los toreros buenos.

En el segundo tiempo no pasó casi nada. Zidane movió algo el banco y nos sirvió para comprobar que Isco esperaba ser titular, pues salió mohino; y que Mariano no se si es mejor o peor que Morata, pero ambos representan a la perfección las máscaras del teatro clásico: la comedia y el drama. El madrileño se atormenta si no marca y el badalonés/dominicano/lo que sea parece El Cordobés cuando debutó: enfermería o puerta grande es su divisa.


Real Madrid 2 (Benzemá e Higuaín) – Valencia 0. Funcionales bajo cero.

enero 16, 2013

Benzemá, autor del primer gol

El Madrid dejó encarrilada su clasificación para las semifinales de Copa del Rey con un partido sobrio. Sin alardes. Sin posesión del balón. Casi sin fútbol. Pero haciendo lo que tenía que hacer: no encajar gol y marcar al menos un par de ellos. Típico partido de un equipo de Mourinho en competición copera: Chelsea o Inter se especializaron en llegar lejos con una legión de soldados aplicados, donde incluso los artistas tienen que sudar. Fue un Madrid de jugadores funcionales, como autómatas en un planeta helado (no veas qué frío hacía anoche en el tercer anfiteatro del fondo sur). No es estético, pero es práctico. Es una opción.

La alineación del Madrid se dispuso en un 4-3-3 de toda la vida. En la retaguardia Essien demostró más prestaciones que Arbeloa, pese a sus rodillas de titanio y su pasaporte lleno de primaveras. Albiol cumplió: no se metió en ningún lío y despejó con balonazos todo lo que llegó. Carvalho sigue mostrándose como el mejor central ausentes Pepe y Ramos, por experiencia y jerarquía. Y volvió Marcelo, ése lateral de colores al que tanto hemos añorado. Estuvo voluntarioso, pero se le vio con el punto desajustado. Normal, después de 3 meses, y en el descanso salió Coentrao por él. Esperamos que pronto vuelva a su nivel del curso pasado.

En el centro del campo, Alonso tuvo como escuderos a Kherira y a Modric. El alemán atraviesa un buen momento de forma. Nunca tendrá clase, pero su esfuerzo físico es encomiable, y al equipo le viene muy bien para jugar como quiere Mou: robar y correr. Modric sigue sin justificar su titularidad. Falló un gol clarísimo, pero tras un buen robo se le echó encima el peso de la camiseta blanca, del Bernabéu, y de sus 36 millones de Euros. Hace lo que puede, sí, pero da la sensación de ser un cocido insustancial. Arriba juega Özil, pegado a la cal. En esa posición no luce como debiera, pero aún así fue autor de la mejor jugada de la noche. Casi al final del partido, lo que demuestra que físicamente está mejor. Pero de extremo derecho parece un bailarín en un ascensor: no puede demostrar todo lo que sabe. Benzemá anoche marcó, pero no tendrá fácil Higuaín quitarle la titularidad si sigue aparentando indolencia. Y Ronaldo, como siempre, acaparando todo el frente de ataque. Anoche volvió a hacer un despliegue físico descomunal, y si no marcó fue de milagro.

Cada gol llegó en una parte. El primero fue justo después de que Casillas hiciese la parada de la noche. Una mano de ésas de reflejos, que tanto gustan a la parroquia blanca. En el contraataque, Essién y Khedira la prepararón y Benzemá pegó el balón junto al palo. El segundo gol tuvo algo de polémica: no está claro si marca Higuaín con la mano o si es Guardado en propia puerta quien coloca el balón en la red. Curiosamente, al final del partido tuvo el Madrid sus mejores ocasiones, pero Guaita evitó el gol de Ronaldo. Hubiese sido injusto. Ya con 2-0 el Valencia recibía un castigo excesivo, pero más que el linier o el árbitro (que lo hicieron), al equipo ché le perjudicó la falta de gol de sus delanteros. Jonas falló a puerta vacía la ocasión más clara de la noche (la echó fuera, no hizo falta milagro mostoleño) y Soldado demostraba en cada remate por qué no triunfó en el Madrid. Tienen menos definición que una televisión en blanco y negro.

Un último detalle para recordar a los que dicen que cada vez que vienen por el Paseo de la Castellana se sienten atracados. En 2008 vino el Valencia a jugar la vuelta de la Supercopa con ventaja 2-1. En este enlace tenéis lo que pasó


Gol de Michel al Athletic Club. Final Copa del Rey juvenil de 1981

noviembre 15, 2012

Esta semana nos visita el Athletic, histórico club que siempre ha presumido de cantera, como el Madrid. En homenaje a ambas, ponemos un curioso gol perteneciente a la final de la Copa del Rey de juveniles de 1981. El autor es Michel, que posteriormente fue dueño de la banda derecha del Bernabéu durante más de 10 años. Por un efecto óptico, el balón parece en primera instancia que no entra, pero el árbitro no dudó y dio validez al tanto, que sería definitivo.